Desarrollo Personal

11 de junio de 2019

El otro día una persona me comentó que tenía dudas sobre cambiar de carrera. Él actualmente está estudiando una carrera como ingeniero, pero después de participar en un par de entrenamientos conmigo me comenta que quizás prefiere estudiar psicología. Te comparto que estudiar psicología es fascinante, y me puedo imaginar claramente porque ahora tanto interés por esa carrera. Simplemente lo que le comenté a esta persona era que recordara porque en un principio había decidido por la carrera de ingeniería: que realmente se reconectara con sus deseos iniciales y que a partir de ahí quizás podría tener un criterio objetivo.

Para mí, la carrera de psicología es sumamente bella porque me permitió conectarme con emociones y sentimientos que no había sentido nunca, o en entornos novedosos. La euforia, la pasión, la libertad y el gozo personal y reflejado en otras personas me provocó una sensación profunda de conexión con mis semejantes, y es sumamente placentera. Pero la carrera de psicología, como la gran mayoría de las carreras, también tiene sus materias “áridas”, o en este caso en particular, alejadas de las emociones y sentimientos y quizás no es “lo que parece”. La carrera de psicología no es aprender a dar talleres, y creo que a veces existe la confusión o la expectativa que eso sea. Mi recomendación para aquellos que tienen duda es que revises bien el temario, y platicar con gente que ya lo hace para tomar una decisión.

Y además pienso que siempre puedes cambiarte de carrera… así lo hice yo después de 15 años como ingeniera entre al mundo de la conducta humana.